Ya que no voy a ser tuya para siempre,
esta noche me dejo ser fumada.
Respírame como en tus sueños,
y yo te exhalo a caladas.
Que lo que se fuma sólo una noche,
no deja marcas contaminadas.
Tú haz que merezca la pena.
Yo te pongo la coartada.
Poema de Carrete Velado: Poesía y fotografía, Irene G. Punto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario